De la Demogarquía o la Demagocracia (no confundir, por favor, con la demogracia)

Cuando las Ideas que sugieren grandes cambios están frescas cuesta utilizarlas cínicamente, porque todavía están en pie sus artífices y tienen derecho moral de defenderla.
Toda dictadura necesita herramientas para reprimir. ¡Ojo! Primero se intenta amoldar al sujeto y después, si no se acostumbra o da por vencido se lo reprime. Pero que se lo intente encuadrar en primer orden, es solo por una cuestión económica, porque el costo social de la represión es más caro que el de la educación.
Como cualquier dictadura, la democracia tiene sus instrumentos para controlar a sus individuos y decidir que lugar ocuparan cada uno durante su vida en el sistema.
La diferencia entre estos dos sistemas es la relativa "honestidad" con que la dictadura se asume como tal, y no tiene reparos de conciencia en pronunciarse abiertamente contra las corrientes divergentes y opositoras. En cambio, la democracia necesita valerse de reglas, leyes justificativas, para castigar, porque es una impunidad no más limpia sino desteñida. Tal y como la conocemos y la experimentamos hoy en día, estos gobiernos "elegidos" por el pueblo, no sólo que no asumen su rol de dictadura de la clase dominante, también tienden a obligarnos a creer que ellos representan los intereses del pueblo. La idea de democracia burguesa no hace creer que el ciudadano, no obedece a través de las leyes del estado, otra cosa que las leyes naturales de su propia razón, de la razón humana. El ideal de una conciencia jurídica, moral y política, es impuesto por la clase dominante, que también impone los pensamientos dominantes, para garantizar su status quo. Estos pensamientos tienen por objetivo intentar (demagógicamente, diplomáticamente, cínicamente) convencernos (o unirnos a ellos o vencernos) de que todos somos participantes activos de la agenda política.
Cuantas masacres, cuantos asesinatos "selectivos", cuanto "daño colateral", cuanto robo (financiero, ideológico, de tierras, de cultura (aniquilación, si se quiere), de identidad y autodeterminación), cuanto hambre, cuanta discriminación, cuanta destrucción sin sentido ¡¡¡CUANTA INJUSTICIA ES COMETIDA EN NOMBRE DE LA DEMOCRACIA!!!
Qué patético, nefasto, no tengo palabras, vergüenza ajena que en Estados que dicen representar proporcionalmente las diferentes facciones de la sociedad toda sólo la minoría de la minoría pueda gozar de libertad de elección y decisión (en todo su abanico de aspectos); desde el consumo de drogas hasta el asesinato más oscuro de todos; desde la violación más impúdica hasta el perdón más inescrupuloso para con los amigos; desde la venta de las tierras del pueblo hasta la compra de residuos tóxicos o nucleares a estados o corporaciones extranjeras; desde la venta de leyes a pedido hasta la tangente más burda, explicita, visible, manifiesta; desde la expoliación de las riquezas naturales hasta la depredación de los recursos a concesionarios advenedizos; desde el desarraigo en tierra propia hasta la usurpación más atrevida, insolente, irrespetuosa de las viviendas mas precarias para la construcción de emprendimientos privados (también, evidentemente, privativos); ¡¡¡DESDE CUALQUIERA DE TODAS ESTAS ABERRACIONES HASTA LA MAS GRANDE INJUSTICIA ES COMETIDA EN NOMBRE DE LA DEMOCRACIA!!!
"No te confundas. En este sistema es legítima la coima, y puede, también ser legal, según cuanto uno esté dispuesto a Repartir entre sus agentes" dice un disidente, un trasgresor nato.
Los argumentómanos dicen que "si así es la realidad, es por voluntad de la mayoría", pero esa frase es tan desfachatada como nuestro conocido "algo habrá hecho..." (Justificando, descaradamente, la represión), simplemente, que la segunda sentencia se miente menos a si misma, se asume como asesina sin pruritos.
Después de una línea de pensamiento así, podría decir tranquilamente, y con pocos remordimientos: "si la democracia ha de ser así, entonces me cago en ella", pero entro en una menuda disyuntiva:
1) No son casuales ni la resignación, ni la abulicia, ni la apatía por los procesos políticos y sociales que deberían incumbirme. Son producto directo de una resolución (completamente arbitraria) de los dogmas imperantes impuestos por la Burguesía, y por ende, sabiendo que es así actuar en consecuencia y luchar activamente por la democracia y los intereses de los oprimidos.
2) Dejar de creer en esta "Democracia" desvergonzada y despojada de todo escrúpulo y ser un paria sin patria, ni religión, y no encontrar mi lugar en el mundo. Alejarme de todo contacto con la sociedad occidental y adentrarme en lo más profundo del Himalaya y solo comer las duras raíces que crecen en las áridas cumbres desprovistas de vida humana, y lo que es peor, de servicios!
Me duele tanto lo que voy a enunciar en las próximas líneas.....
La democracia es un recurso estético a duras penas más elegante que cualquier dictadura.
Son todos estos fundamentos lo que me hacen considerar que sólo cuando el pueblo enfrenta abiertamente a los cuerpos represores de la clase dominante espontánea o metódicamente, se ven, en lo más profundo de los oscuros ojos de esta máscara, un vestigio de dignidad que exige, como puede, un poco más de honestidad y justicia.